Cómo arreglar una persiana descolgada, paso a paso

¿Tu persiana se ha quedado colgada y no sabes por dónde empezar? No te preocupes, es más común de lo que parece y, con la guía adecuada, puedes solucionarlo tú misma sin llamar a un técnico. A veces, basta con entender qué ha fallado y tener a mano las piezas adecuadas. En este artículo te explicamos paso a paso cómo arreglar una persiana descolgada, de forma sencilla y con consejos útiles para que vuelva a funcionar como el primer día.
Causas más comunes por las que se descuelga una persiana
Cuando una persiana se descuelga, la causa suele estar relacionada con el desgaste de alguno de sus componentes. Las más frecuentes tienen solución sencilla si se detectan a tiempo.
Desgaste del eje o de los tirantes
El eje es la pieza central sobre la que gira toda la persiana. Si se descentra o se bloquea, la persiana deja de subir o bajar correctamente. Los tirantes, por su parte, conectan el eje con las primeras lamas. Si alguno se suelta o se rompe, una parte de la persiana quedará caída mientras el resto sigue funcionando, provocando un desajuste visual y mecánico.
El desgaste en estas piezas es más común en persianas antiguas o de materiales ligeros. El sonido metálico o chirriante al accionar la persiana suele indicar que algo no encaja correctamente dentro del cajón.
Rotura de lamas o desajuste en las guías laterales
Las lamas pueden deformarse o romperse si han sufrido un golpe, si han sido forzadas o si el eje ha girado más de lo necesario. Cuando eso pasa, una parte del conjunto queda fuera de las guías, haciendo que la persiana se deslice mal o se quede descolgada.
Un síntoma claro es ver lamas torcidas o desencajadas en un lateral. También se nota al accionar la persiana, ya que se mueve con dificultad o se queda bloqueada en puntos concretos del recorrido.
Conoce con detalle cómo cambiar lamas de la persiana.
Fallos en el recogedor o la polea
El recogedor es el mecanismo que enrolla la cinta. Si el muelle interno pierde tensión o se bloquea, deja de recoger correctamente, y la persiana puede quedar descolgada al no tener sujeción. Por otro lado, la polea guía la cinta dentro del cajón. Cuando se rompe o se sale de su posición, la cinta queda mal alineada y se atasca o roza con los bordes.
En estos casos, conviene abrir el cajón y comprobar si la cinta está bien colocada en la polea y si el recogedor tiene tensión. Si notas que la cinta no retrocede al soltarla, probablemente el problema esté en el muelle del recogedor.
Herramientas necesarias para la reparación
Contar con las herramientas adecuadas hace que la reparación sea más rápida y segura. No es necesario disponer de un equipo profesional, pero sí tener a mano lo básico para desmontar, sustituir piezas y volver a montar todo correctamente.
Las herramientas imprescindibles para arreglar una persiana descolgada suelen ser:
- Destornillador plano y de estrella: para abrir el cajón y desmontar tornillos de sujeción.
- Cúter o tijeras fuertes: útiles para cortar cinta dañada con precisión.
- Alicates: permiten sujetar o girar elementos del eje, o enderezar lamas dobladas.
- Nivel o escuadra: para asegurarse de que la persiana queda recta al volver a montarla.
- Recambios específicos: cinta nueva, tirantes, polea o recogedor, según la avería.
Tener todos estos elementos preparados antes de comenzar evita interrupciones y reduce el riesgo de dañar piezas durante la reparación.

Cómo acceder al mecanismo interno del cajón
El cajón suele estar en la parte superior de la ventana, protegido por una tapa que se encaja a presión o está fijada con tornillos. Para acceder al mecanismo, es necesario retirar esa tapa con cuidado para no romper los anclajes ni dañar la estructura.
En los modelos más comunes, basta con un destornillador para soltar los tornillos laterales. En otros casos, la tapa va encajada por presión y se puede retirar haciendo palanca desde los extremos. Conviene hacerlo lentamente, aplicando fuerza progresiva.
Una vez abierto el cajón, se accede al eje, las lamas, la cinta y la polea. Esta inspección visual es clave para detectar qué componente está dañado y planificar la reparación sin desmontar más de lo necesario. Es recomendable anotar la posición de las piezas antes de desmontarlas.
Reparar el sistema de recogida
La cinta es la pieza que más sufre. Si está desgastada o se ha soltado, hay que sustituirla o volver a engancharla al eje. Para hacerlo correctamente, se debe:
- Desenrollar toda la persiana hasta que quede completamente bajada.
- Desmontar el recogedor de la pared.
- Cortar la cinta deteriorada y sustituirla por una nueva del mismo ancho.
- Enrollarla de nuevo sobre el tambor del recogedor con la tensión adecuada.
Si el problema está en el tipo de recogedor, conviene cambiarlo por uno nuevo. Asegúrate de elegir un modelo compatible en tamaño y dirección de giro. En caso de duda, puedes llevar el antiguo a la ferretería para compararlo.
Reparar las lamas y su correcta alineación
Cuando una o varias lamas están torcidas o fuera de su sitio, la persiana pierde estabilidad. Hay que volver a encajarlas dentro de las guías y comprobar que se deslizan correctamente. Si una está rota, lo mejor es sustituirla.
Para cambiar una lama, primero se deben retirar las que están por encima hasta dejar al descubierto la que está dañada. Luego, se introduce la nueva lama desde la parte superior, encajándola en los laterales. Al volver a montar todo, es importante comprobar que el conjunto queda bien alineado.
Este tipo de reparación es sencilla si se hace con calma. Evita forzar las guías para no deformarlas, y asegúrate de que las lamas queden bien insertadas antes de probar el movimiento.
Arreglar el eje de la persiana y los tirantes
Si el eje no gira, es posible que haya perdido el anclaje o que los tirantes estén rotos. Estas piezas conectan el eje con las primeras lamas. Cuando fallan, la persiana queda colgada solo por un lado.
Para reparar el eje:
- Asegúrate de que está bien sujeto en sus soportes.
- Comprueba que gira libremente sin fricción excesiva.
- Sustituye los tirantes dañados por unos nuevos de igual longitud y material.
En algunos modelos, los tirantes van atornillados al eje. En otros, simplemente se encajan en una ranura. Revisa cómo está fijado en tu persiana antes de desmontar nada. El objetivo es que ambas conexiones estén firmes para garantizar un movimiento uniforme.
Por si lo necesitas, en este otro post te contamos cómo desmontar el eje de una persiana de PVC.
Pruebas y mantenimiento tras la reparación
Una vez que todo está montado, es imprescindible probar el funcionamiento completo. Sube y baja la persiana varias veces para comprobar que se enrolla sin dificultad y que se detiene en la posición deseada sin descolgarse.
Durante la prueba, fíjate en:
- Si la cinta se enrolla de forma fluida.
- Si las lamas se deslizan sin atascos.
- Si no hay ruidos anómalos al girar el eje.
Para mantener la persiana en buen estado, conviene hacer pequeñas revisiones periódicas. Limpia el cajón cada seis meses, lubrica el eje con unas gotas de aceite si notas fricción y sustituye la cinta al menor signo de desgaste.
Cuándo llamar a un profesional
Cuando no consigues identificar el fallo, la persiana es demasiado pesada o el acceso al cajón resulta complicado, lo mejor es acudir a un técnico. También si has intentado repararla y el problema persiste. Un profesional garantiza una solución segura y evita daños mayores que podrían encarecer la reparación o requerir el cambio completo del sistema.
Solucionar una persiana descolgada es posible con la información y los materiales adecuados. Si buscas renovar tus persianas por modelos más resistentes y funcionales, echa un vistazo a nuestro catálogo. Encontrarás opciones para cada necesidad y estilo. Renueva tu hogar con persianas de calidad diseñadas para durar. ¡Te esperamos!